cayendo en un abismo de desilusiones.
La noche se acurruca en esa mirada
tan desesperada
de un rostro desdibujado.
La vida que huye al paso del tiempo
y el libido lentamente va muriendo
sin dejar rastro de agonía,
inconmensurable asfixia.
Este es un punto sin retorno
donde no cabe el arrepentimiento
en este lugar donde te devora el entorno
donde no cabe ningún sentimiento.
Aquí es la tierra donde no hay paraíso
ni el castigo de un oscuro abismo.
Aquí solo existe el color gris,
el melancólico gris.
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